La gente de la Red Bull Music Academy me invitó a acompañar con las visuales al mítico RZA.
Cuando recibí la propuesta (he de sincerarme)  no lo conocía de nada. Mi background musical no es muy Hip Hop East Coast . Me quedé impresionada al preparar el set porque me gustó muchísimo, sobre todo las bandas sonoras que ha producido. Al menos nos queda  Spotify: La única fuente que pude utilizar para intuir qué podía hacer.

Tampoco conocía a Jon Hopkins hace unos meses…

Era una actuación sin red, sin saber qué iba a hacer el norteamericano, ni cuánto tiempo iba a estar sobre la cineteca del Matadero. No era la primera vez que me aventuraba a una acción así. Pero podía hacer mi estilo. Ésa era la consigna.

Así me enfrenté a una sesión de una hora y media (gracias a la ayuda de la incansable Pat)  en la cabina de la sala de cine. En mi paleta no había fotogramas de Kun Fú ni de Kill Bill, ni siquiera Footage de películas antiguas. Había colores, brushes, texturas, un script dado al play  y muchas ganas de disfrutar de aquella noche llena de preparativos técnicos y humanos.

Podría escribir más reflexiones de lo que pasó esa noche,  pero ya se han encargado otros de hacerlo y seguro que con más objetividad de lo que yo podría escribir.

Agradecer a las personas valientes que se arriesgan. Deseo poder seguir expresando visualmente el mundo a veces poco comprendido de la creación digital abstracta realizada en tiempo real, que como bien dice mi amigo y compañero Alfred ayuda a que la música emocione y la música ayuda a percibir y a sentir la visual. Emocionarme con los proyectos originales y valientes.

Fue un placer estar en las instalaciones de la RBMA que han montado en el Matadero. Contenta de que en Madrid vaya creciendo un espacio muy necesario para mi querida ciudad natal.

Saco conclusiones hacia mi trabajo y la manera de arriesgarme y de asumir las críticas. De todo se aprende.

Aquí dejo algunos de los “Fondos de pantalla” de esa noche.